Cómo saber si es oro
El oro es uno de los metales más valiosos de la naturaleza. Y es que sus propiedades físicas como la durabilidad, densidad y maleabilidad, le han aportado gran valor económico para su uso industrial y comercial; de allí que sea considerado uno de los recursos naturales más importantes para la economía mundial.
Además, las piezas de oro han sido consideradas desde hace mucho siglos una de las preferidas de la sociedad. Los anillos para las bodas, anillos de compromiso y cualquier tipo de joyas de oro tienen gran valor por la belleza y elegancia que transmiten.
Pero es precisamente su reconocido valor, lo que hace que este metal sea muy susceptible de imitaciones, ya que muchas veces los fabricantes de joyas y piezas realizan aleaciones para aportar a otros metales menos valiosos propiedades similares a las del oro.
Así falsifican sus verdaderas propiedades hasta el punto de resultar muy difíciles de distinguir.
Ahora bien:
¿Cómo saber si es oro?
En este artículo presentamos un resumen de los aspectos más importantes que puedes evaluar para comprobar si una pieza es de oro.
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Prueba Visual
Todas las joyas de oro tienen una marca grabada en su parte interior o inferior que indica la pureza del metal (cantidad de quilates) y la puedes observar a simple vista o mediante una lupa. Sin embargo, debes saber que si la pieza es muy antigua, es muy probable que aún siendo de oro, no posea esta marca, ya que se comenzó a utilizar después de los años 50.
Además, es muy fácil falsificar una pieza colocando una marca similar, por lo que lo más recomendable para estar seguro de su autenticidad, es complementar esta prueba con otra que esté a tu alcance.
Otro aspecto que se puede visualizar es el cambio de tonos en la coloración de la pieza.
El oro, en sus diversas presentaciones (amarillo, blanco o rosado) tiene un color uniforme, por lo que cuando tienes una pieza usada, puedes fijarte en los bordes o en las zonas de mayor fricción o desgaste y si observas algún cambio de tonalidad de color, entonces sabrás que se trata de una aleación o una joya con baño de oro.
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Prueba de la Mordedura
El oro también tiene la propiedad de ser muy blando. Por eso, existe la teoría que si aplicamos una mordedura a la pieza y se deja una marca o hendidura sobre ella, es muy probable que sea oro y cuanto más profunda sea la marca de la mordedura, mayor pureza tiene el metal.
Sin embargo, esta prueba no es totalmente confiable, ya que existen otros metales incluso más blandos que el oro. El Plomo por ejemplo, ha sido usado para falsificar piezas a las que se le añade un baño de oro.
Esta prueba tampoco es recomendable si no tienes una dentadura sana porque podría causar más daño a tus dientes.
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Prueba del Imán
Esta prueba es muy sencilla y consiste en acercar la pieza a un imán.
Debido a que el oro no es un metal magnético, no debe ser atraído por el imán. De modo que si al realizar el acercamiento, la pieza se adhiere al imán, podrás confirmar que se trata de una imitación.
Lo recomendable para aplicar esta prueba es utilizar siempre un imán potente (de neodimio), para detectar la reacción con más facilidad.
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La Densidad del oro
El oro en su estado más puro, tiene una densidad de 19,32 gr/ml. Esto significa que pesa aproximadamente 19 veces más que el agua.
La prueba para comprobar la densidad del oro es confiable, pero es un poco más compleja y requiere mayor precisión. Para ello, debes disponer de una balanza de precisión (gramos), un vaso milimetrado y agua.
El procedimiento consiste en pesar la pieza en la balanza de precisión, llenar el vaso milimetrado con agua hasta una marca determinada y luego sumergir la pieza en él para verificar hasta dónde sube el nivel. Seguidamente, debes aplicar la fórmula de la Densidad.
Densidad = Masa (gr) / Volumen (ml)
Nota: El Volumen a utilizar en esta fórmula es el “volumen desplazado” en el vaso milimetrado, medido desde el nivel inicial hasta el nivel que se obtiene después de introducir la joya.
Según la presentación (en función de la pureza), la densidad, es la siguiente: 11,57 gr/ml para el oro de 10 quilates; 13,57 gr/ml para el de 14 quilates; 15,58 gr/ml para el de 18 quilates; y 19,32 gr/ml para el de 24 quilates.
Si el resultado se aproxima a los valores equivalentes a la presentación, efectivamente es oro.
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Prueba de la Cerámica
Esta es una prueba muy práctica y fácil. Consiste en frotar la pieza suavemente sobre un plato (o fragmento) de cerámica “sin esmalte” para observar las marcas que deja. Si son marcas doradas, es de oro y si las marcas son negras, entonces es de otro material.
Pero también podemos obtener marcas doradas cuando la pieza tiene un baño de oro. Por tanto, esta prueba tampoco es totalmente segura y deberás complementar con otra que proporcione mayor garantía.
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Prueba del Ácido Nítrico
La técnica del ácido nítrico es muy efectiva pero no es muy recomendable, debido a que éste ácido es altamente corrosivo y puede ocasionar quemaduras graves. Por eso es mayormente utilizada en las joyerías, por personas expertas en su manipulación.
La prueba consiste en colocar la pieza sobre una superficie de acero inoxidable y echar unas gotas de ácido nítrico. Si la joya cambia de color es que solo tiene un baño de oro y si no observas ningún cambio de coloración, entonces la pieza es de oro.
Debemos resaltar que éstas son las pruebas más sencillas para comprobar si una pieza es de oro, pero no son las únicas. Además, no todas aportan suficiente garantía o certeza de que la pieza es de este metal, por lo que te sugerimos no aplicar una sola prueba, sino complementar con otra, según tus posibilidades.